“La crisis sanitaria ha traído un momento de emergencia y excepcionalidad”, manifestó Darío Poncio, director del Área de Transferencia Científico-Tecnológica.
En una entrevista desde su casa, el director del Área de Transferencia Científico-Tecnológica perteneciente al Instituto de Extensión de la Universidad Nacional Villa María (UNVM), Darío Poncio, comentó sobre la situación de incertidumbre económica y social en la que se encuentra el país y el mundo ante la pandemia del Coronavirus (COVID-19).
“En materia económica, la crisis sanitaria ha traído un momento de emergencia y excepcionalidad”, afirmó Poncio. En este sentido, hizo hincapié en que gran parte de la sociedad, actúa con patriotismo y actitudes solidarias como sucedió durante la Guerra de Malvinas, pero también hay un grupo minoritario que se maneja con individualismo y egoísmo, como pasó en el año 2001, con la crisis de la salida de la convertibilidad.
En referencia al futuro de Argentina, manifestó que puede ser mejor de lo que pensamos, porque “es muy probable que el mundo se cierre y tengamos que empezar a vivir de lo nuestro, para eso la producción del campo es fundamental, porque genera divisas y, a su vez, la industria nacional que tiene apoyo científico y tecnológico”, argumentó Poncio.
Asimismo, se le consultó por el contexto laboral y expresó: “Hasta que no se retomen con normalidad las actividades comerciales, va a haber una situación de crisis, hay sectores como el alimenticio, agrario, ferreterías, corralones y la salud que están trabajando, pero el comercio está en un 80% cerrado”.
Para finalizar la entrevista, se interrogó acerca del estado del comercio exterior que, más allá de la situación económica actual, el director afirmó que puede haber una mejora. “El mundo debe seguir alimentándose y sabemos que nuestro país es un gran portador de alimentos, más allá de que la soja y algunos commodities han bajado de precio, una vez pasada la pandemia, la venta al exterior de productos primarios con valor agregado, puede ser positiva”.
Además, agregó que, si se mantienen las exportaciones, las importaciones caen como consecuencia de la recesión: “los argentinos gastamos menos dólares para vacacionar en el exterior y, además, si por la renegociación de la deuda externa, el pago de capital e intereses a nuestros acreedores disminuyen, podemos ser moderadamente optimistas respecto al futuro”, concluyó.